Una impresora reacondicionada puede ser una salida interesante para las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, que necesiten contar con una o varias impresoras, pero no quieren gastar tanto dinero como puede requerir la inversión en modelos nuevos. También para aquellas que, además de cuidar el bolsillo, también piensan en el medio ambiente, y en la economía circular.
Las impresoras reacondicionadas no son modelos nuevos, sino que ya se han utilizado antes, aunque funcionan perfectamente. De ello se encarga la empresa que la saca nuevamente a la venta, a la que llega cuando su anterior propietario deja de utilizarla. Pero ¿en qué consiste el proceso que las reacondiciona para dejarlas como nuevas?
Impresora reacondicionada: como si fuese nueva
Cuando el propietario de una impresora que no tiene mucho tiempo decide desprenderse de ella, lo más probable es que la venda. También que la entregue a la empresa que se la facilitó, bien vendiéndosela o a través de un proceso de renting. Sea como sea, si la impresora está en buen estado y puede utilizarla otra empresa, se renovará para que pueda venderse de nuevo como reacondicionada.
Normalmente, además de la revisión, que incluye la retirada del tóner o cartuchos que lleve en el momento de su entrega y la limpieza del polvo de su interior (para lo que se utiliza un dispositivo de aire a presión), se limpian todas sus cubiertas. También se cambian los rodillos que se encargan de la alimentación del papel, y el fusor, entre otros elementos. Una vez montada, se revisan cuidadosamente todas sus partes. Además, también se actualiza su firmware.
A continuación, se somete al aparato a pruebas de todo tipo, para confirmar que funciona perfectamente. Y en caso de que viniese sin cable de alimentación, se incluye uno nuevo para su venta. Incluso se coloca un tóner o cartucho de tinta un poco por debajo de la mitad de su capacidad. De esta manera, quien compre la impresora reacondicionada podrá imprimir nada más sacarla de su embalaje y conectarla.
Este es, a grandes rasgos, el proceso por el que se hace pasar a una impresora reacondicionada, al que se conoce como remanufactura. Se comprueba que todas sus piezas están en buen estado, y si hay alguna que no está perfecta, se cambia por una nueva. De esta manera, la empresa que decida comprar una impresora reacondicionada se llevará una máquina en perfecto estado y que no tiene ninguna merma, ni en cuanto a funciones ni en calidad de impresión.
Cuidado del medio ambiente
Con la venta de una impresora reacondicionada, también se realiza una apuesta firme por el cuidado del medio ambiente. La reutilización de estas máquinas en lugar de desecharlas no solo reduce las emisiones. También rebaja la cantidad de plásticos utilizados en la fabricación de equipos, además de reducir en general los residuos.
Esta rebaja es tan notable que, con solo una impresora reacondicionada, se pueden llegar a rebajar, de media, unos 18 kilos y medio de CO2. Por tanto, cuando un equipo se puede reutilizar en vez de tirarse, es más recomendable hacerlo, por el bien del medio ambiente.
Además de estas características, una impresora reacondicionada tiene otras ventajas. La más evidente es quizá su precio, que como hemos mencionado es más reducido que el de un mismo modelo cuando se vende nuevo. Tanto, que incluso pueden llegar a costar un 75% menos. Además, tienen un periodo de garantía por si surge algún problema en las primeras semanas tras su compra.
Por tanto, una impresora reacondicionada no solo ofrece ventajas en cuando a seguridad y fiabilidad. También las tiene relacionadas con el medio ambiente, y a un precio mucho menor que el de un modelo nuevo. Son incentivos muy poderosos si estás pensando en cambiar tus viejas impresoras por otras más actualizadas.
Si necesitas asesoramiento a la hora de adquirir una impresora reacondicionada, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos.